10.12.2006
[ A los 6. Rambo I ]
Como todo niño caprichoso, siempre quise un perro, pero me daban miedo. Me compraron algo pequeño: un coker spaniel café, que me pareció fragil, de alguna manera: Su cabeza siempre un tanto gacha. Jugué con él poco tiempo, borrosamente. Recuerdo correr en un frio pasillo, rodeado de enredaderas, recuerdo gris y verde fuerte apagado, el cachorro corriendo atras y delante de mis piernas, el cielo amenazando con llover. Recuerdo otro pasillo, en orizaba, todo verde, lleno de pasto, el perro empezando a temblar, corriendo detras mio.
Se enfermó, temblaba, moqueba, lloraba y mi papá se lo llevo al veterinario.
Durante un mes, pregunte por él diario, mi papa me dijo que el animal estaba recuperandose. Por fin, despues de un mes o algo asi, mi mamá me dijo que lo habian dormido, tenía moquillo.
Fue la primera vez que recuerdo que le grite a un dios, que le reclame, y que lo insulte: Cuando mis papas se fueron, subi las escaleras de mi casa y grite a todo pulmón. Hubiera sido un buen perro, lo quería de vuelta.
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